martes, 9 de abril de 2013

El Libro del Sol Nuevo de Gene Wolfe

Todo el mundo, cuando habla de Gene Wolfe, se extraña de que este escritor sea aún desconocido fuera del mundillo de la literatura fantástica. Entre aquellos que lo conocen y lo leen, es considerado unánimemente un genio, y escritores de peso como Neil Gailman, Ursula K LeGuin, China Miéville y George R.R. Martin son fans declarados de él.

Ante tales referencias, decidí hace unos meses zambullirme en su obra más famosa, la saga de cuatro tomos "El Libro del Nuevo Sol" (The Book of the New Sun), que narra en primera persona las aventuras de Severian, un joven miembro del Gremio de los Torturadores, que se ve obligado a exiliarse de Nessus, su ciudad natal, tras caer en desgracia ante su hermandad.

Comencé con el primer tomo, "The Shadow of the Torturer", y mi primera impresión fue bastante tibia: el argumento no parecía ser especialmente llamativo, y superficialmente parecía otra saga más del montón de literatura de fantasía, con sus nombres inventados y su ambientación pseudomedieval. Esta impresión no mejoró pasados los primeros capítulos. El comienzo de la historia es muy lento, narrando plácidamente diversos hechos que suceden a Severian cuando todavía es un aprendiz de torturador.  Hay que esperar más o menos a la mitad del libro, cuando Severian se ve exiliado, para que la acción se vuelva un poco más ágil e interesante, aunque sin llegar nunca a alcanzar el ritmo que uno espera de un libro de espadas y brujería. Además, la historia no parecía tener ninguna cohesión, consistiendo en una sucesión de episodios un poco extravagantes llenos de casualidades poco convincentes. El final del libro es especialmente desconcertante: inmediatamente después de presentarnos un cliffhanger inesperado, el autor concluye con estas palabras: Here I pause. If you wish to walk no farther with me, reader, I cannot blame. It is no easy road ("aquí interrumpo mi narración. Si no deseas seguir acompañándome, no puedo culparte. No es un camino fácil). En ese momento, tuve serias dudas de continuar con el segundo tomo, pero decidí darle una segunda oportunidad.


Mi fe fue recompensada. Los siguientes tomos de la saga los encontré mucho más dinámicos. Poco a poco la historia va revelando aspectos muy sugerentes y chocantes de mundo en el que vive Severian que no son obvios desde el principio, vislumbrando una dimensión cósmica que añade mucho interés. Pero lo que realmente me enganchó es que las situaciones en las que se va encontrando Severian cada vez van siendo más trepidantes y grandiosas. Algunos capítulos me parecieron verdaderas obras maestras de dramatismo y tensión, como el enfrentamiento con alzabo o el encuentro con Titan. Los libros dos y tres de la saga, "The Claw of the Conciliator" y "The Sword of the Lictor", también terminan con la misma frase que el primero, pero mis reservas se habían esfumado, y los devoré uno tras otro. Acabé el último tomo, "The Citadel of the Autarch", con sensación de vértigo, de haber sido testigo de una historia de proporciones colosales.

Mi veredicto final es que quizás muchos de los admiradores de Wolfe exageran en sus hiperbólicas alabanzas, pero sin duda "El Libro del Sol Nuevo" es una obra excepcional. En primer lugar, Wolfe, tiene un estilo elegante y sencillo que da gusto leer. Como ya he mencionado, es también un maestro a la hora de imaginar y narrar situaciones de un intenso dramatismo y grandiosidad, a menudo cargadas con un sugerente simbolismo.

Es también una obra que se presenta al lector como un acertijo, y gran parte de los comentarios que se leen sobre El Libro del Sol Nuevo mencionan el carácter Severian de narrador impreciso, que oculta datos relevantes o incluso miente en ocasiones. Requiere mucha atención por parte del lector, ya que a menudo las revelaciones se dejan caer inesperadamente, de modo que a menudo me he encontrado releyendo un párrafo varias veces para asegurarme de que lo he entendido correctamente. Parte del placer de la lectura de esta obra está en unir las piezas del puzzle y ver más allá de lo que nos cuenta el protagonista para entender realmente lo que ha ocurrido. Es por ello que todo el mundo recomienda una relectura, que en mi caso no dudo que llevaré a cabo pronto.

Por último, la obra tiene un montón de detalles secundarios muy interesantes, como el uso del lenguaje. Como en muchos libros de fantasía, hace uso de vocablos inventados, pero la mayor parte de las veces recurre a palabras existentes y arcaísmos a los que da un nuevo sentido, que hay que entender por el contexto. Esto aporta un interesante grado de indefinición, ya que uno no puede estar seguro de que lo que Severian describe como "perro" es lo mismo que nosotros tenemos en mente.


En definitiva, ha sido uno de esos libros que ha marcado un hito en mi historial de lecturas, incorporándose a ese elenco que, en mi caso, incluye obras como "El Señor de los Anillos", "Rayuela" o "Los Detectives Salvajes". No es una lectura fácil, pero la recompensa es grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario